Que prisa tiene el mundo...
Mucha gente busca con gran desenfreno la felicidad en cosas y acciones rápidas y sin mesura.
Mucha gente ya no tiene la capacidad de esperar a nada, todo tiene que ser de inmediato y tal como lo piden.
No hay ninguna paciencia para esperar y dejar que las cosas maravillosas de la vida se den poco a poco.
No hay tolerancia ni respeto a nada, si no se dan las cosas como queremos y necesitamos, simplemente dejamos a un lado todo y buscamos la opción que se nos de de forma rápida y solucionada.
¿Donde está nuestra capacidad de asombrarnos al ver un amanecer lento y observar cómo cambia de tonalidad el cielo a medida que el sol aparece en el firmamento?
¿Donde está nuestra capacidad de asombro ante una buena melodía o una ópera y recibir el sentimiento con el que se canta y asombrarnos cuando una lagrima rueda por nuestras mejillas al percibir un sentimiento de la persona que ejecuta esa canción?
¿Donde está nuestra paciencia de esperar a que un buen guiso este a punto para que los aromas y sabores sean los óptimos?
Esta sociedad tiene sed de saciar con rapidez todas sus ansias de amar, querer, tener y botar, no espera ni tiene ganas de contemplar con paz y serenidad su vida.
La vida se va como arena entre los dedos y depende de cada uno de nosotros el poder estar en paz y vaciar nuestras mentes de cosas y pensamientos triviales.
Por: Mauricio Frutos
Foto tomada en Tarragona, España
Mayo 2019
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